Una de las fiestas paganas más conocidas de la Semana Santa Leonesa, es el conocido Entierro de Genarín. Pero hagamos un poco de historia para saber un poco más de este peculiar personaje.
Jenaro Blanco, más conocido como Genarín, era un pellejero, aficionado a la buena vida, y en especial al buen vino de león y al puterío; en otras palabras, que era un borrachín al que gustaba empinar el codo más de la cuenta. Vestía con suma sencillez, a la vieja usanza de los arrieros y los tratantes de ganado, calzón de pana, negro blusón de dril abotonado hasta el cuello, alpargatas de orillo y gorra visera. Y, al brazo, el mugriento aro de alambre donde colgaba los pellejos de conejo que iba comprando al cabo del día.
Parece ser que en una noche de esas, sus habituales borracheras, estaba dando tumbos por la actual Avda. de los Cubos, cuando fue atropellado por el primer camión de la basura que hubo en la ciudad de León. La fecha que ponen algunos es una fría noche de Marzo del año 1.929.
Algunos estudiosos del tema precisan aún más el lugar del atropello. Junto al cubo de la tercera muralla, dirección de Puerta Castillo a San Lorenzo, puerta con escalerilla que baja desde la calle Santa Marina.
Poco a poco de una pequeña fiesta en tono jocoso y algo irreverente, va dando paso a una fiesta muy conocida más allá de nuestra provincia y actualmente es conocida en toda España.
Se celebra la noche del Jueves Santo, en plena Semana Santa leonesa. Y vamos a relatar un poco su desarrollo, que transcurre entre los barrios del Mercado, San Martín y Santa Marina.
A la muerte del pellejero, Genarín, cuatro personajes, llamados los cuatro evangelistas, dan lugar a la cofradía de Genarín. El poeta Francisco Pérez Herrero, el taxista Eulogio, el árbitro de fútbol Nicolás Pérez y el aristócrata bohemio Luis Rico.
Cada Jueves Santo, a las doce de la noche, se reune la gente en la Calle de la Sal, dice la tradición, después de haber dado los 30 pasos de rigor por la calle Mariano Domínguez Berrueta (la que va de la Plaza de la Regla, plaza de la Catedral a la Plaza Mayor).
Se hacen las paradas de rigor en las que se recitan romances de todo tipo y se empina el codo con un buen orujo de la tierra, y se camina con destino al lugar donde se cuenta fue atropellado el pellejero.
Llegado allí, se prosigue con los romances y los tragos de orujo y el "colgador" o "trepador" se encarga de escalar la muralla y depositar en lo alto una botella de orujo, un pedazo de queso, un trozo de pan de hogaza y dos naranjas, que simbolizan el alimento para el espíritu de Jenaro, el Genarín.
La procesión sigue hasta la Plaza del Grano, donde se da por finalizada, siendo todo un espectáculo ver las borracheras de muchos de sus seguidores que han ido todo el trayecto "dándole" al orujo.
FUENTE: BARRIO HÚMEDO. NET
3 comentarios:
¡QUÉ POQUITO QUEDA!
Y nunca vamos... Con tanta gente y agobio normal!!! Eso si, no es San, que de santo tenia poco el hombre. Ole Genarooooo,y siguiendo sus costumbres que nunca fueron un lujo...
Tenemos que volver algún año que ya hace tiempo que no vamos a visitar a Genaro...muuyy, muyyy en el fondo seguro que tenía algo de santo ;)
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